No os podéis imaginar lo que me ha pasado. Estoy alucinando. Hace cinco años logré superar mi adicción al azúcar. Pues acabo de recaer y os quiero contar el motivo.
Los últimos días, he estado paseando por algunos de los pasillos del supermercado que hacía cinco años que no pisaba. El fin era encontrar algún producto saludable que se me hubiera escapado. En realidad en esos pasillos no hay productos saludables, pero intentaba encontrar alguno medio saludable.
Compré unas tortitas artesanales y un paquete de chocolate a la taza para hacer un post.
Pues anoche a mi pareja le apeteció tomar un chocolate a la taza. No tenemos nunca nada así en casa y le llamó mucho la atención. Y yo dije: ¿Por qué no? Está dentro de comer 80% saludable y nuestra dieta de hoy ha sido excelente.
Nos tomamos el chocolate a la taza. O mejor dicho el azúcar con chocolate ya que el 58% era azúcar y sólo un 35% chocolate.
Pues, esta mañana me dice mi chico asombrado:
— Es la primera vez en mucho tiempo que he tenido que añadirle azúcar al café.
Y le digo:
— No pasa nada.
Aunque he pensado que quizá era por el chocolate a la taza de anoche. Y todo queda ahí. (Por cierto le ha podido añadir azúcar porque casualmente había un sobre que cogí de un restaurante, me gustó el mensaje. En mi casa no hay azúcar.)
A media tarde he ido a la despensa a por una onza de chocolate negro del 85%, y me he tenido que comer dos filas de onzas. En la despensa me he encontrado también las tortitas artesanales que compré medio saludables de la sección de dulces. Pues me he comido las seis onzas y una tortita. Ahora me siento adicta de nuevo.
Primero con una necesidad innecesaria de comer azúcar, y luego por la sensación horrible de estómago y malestar. Tengo una angustia increíble, os lo juro. ¡¡Nunca más!!
Sensación de “azucarómana” total, con sentimiento de…: no tenía que haberlo hecho.
¿Os ha pasado esto alguna vez?
Estoy flipando.
Realmente hoy me he dado cuenta por mí misma que el azúcar es realmente adictivo. Además puedes recaer.
Había leído mucho, pero hasta que no lo he experimentado no lo hubiera jurado.
Utilizo para endulzar los postres: dátiles, algo de sirope, miel incluso a veces azúcar moreno. Pero la porción que me llego a comer no supera los límites que me parece te desequilibran cuerpo y alma.
Bueno y lo mejor, os preguntaréis: —¿Por qué dejaste el azúcar?
Pues llevaba un año entero sufriendo colon irritable. Vale, tenía estrés, pero era adicta al azúcar. Fui al médico y me hicieron todas las pruebas que os podéis imaginar para descartar cualquier otra cosa. Desde colonoscopia, ecografía, análisis de heces, de sangre para intolerancias y una seria de preguntas.
Pero todo salía negativo y yo seguía igual.
Por esa época mi vecina estaba estudiando un Máster en nutrición y dietética y tenía que hacer un test alimenticio a 20 personas para el trabajo final de máster y le pregunté: —¿Me lo puedes hacer a mí?.
Me hizo preguntas que ni yo me había hecho a mí misma nunca.
Se llevó toda la información y a la semana me presentó una lista con los alimentos que podía consumir y los que no podía consumir. Eso sí, todo tenía que ser ecológico. Era como un reset alimenticio.
Como os podéis imaginar no entraba el azúcar, ni otros alimentos refinados. Lácteos, harina de trigo, café, alcohol, café… Además de otros alimentos específicos que variaban en función de las personas y los análisis de sangre.
Ya había probado a eliminar algunos de estos alimentos, uno cada semana, para ver si era intolerante a algo, pero nada cambiaba. Pero en realidad nunca me había quitado el azúcar radicalmente. No sabía que casi todo llevaba azúcar. Para mí el azúcar era el polvo blanco que añadía a las infusiones.
Porque os diré, me hacía tres infusiones al día, con tres cucharadas de azúcar. Además de galletas de chocolate y otros dulces que siempre alguien traía a la oficina. Mis compañeros de trabajo alucinaban. Y yo ahora también cuando lo pienso.
Mi vecina me dijo que lo ideal sería tres meses con esa dieta. Pero mínimo un mes para ver resultados.
Pues aguanté 28 días, lo más difícil fue el azúcar. En realidad sólo podía comer, fruta, verdura, legumbres, carne y pescado. Nada empaquetado porque hasta un simple bote de tomate triturado natural llevaba algún gramo de azúcar.
Y lo segundo más difícil fue el alcohol, porque cuando salía con amigos no lo entendían. Rechazar una copa de vino en una cena con amigos, era como un insulto. No quiero pensar la gente que se lo tenga que dejar por obligación cómo lo tiene que pasar. Intenté salir lo menos posible durante un mes.
Con los demás alimentos no tuve ningún problema.
Pues cuando terminé mi mes de reset alimentario (que así lo llamo desde entonces), me sentí estupendamente. Cuerpo y alma en equilibrio. Y por fin después de un año me desapareció la enfermedad del colon irritable. Muchos sabréis lo mal que se pasa.
Tuve revisión para coger algunos resultados en el hospital y le conté mi caso. La médica me dijo que con esa dieta había reprogramado mi intestino. Me dijo que el intestino y el cerebro están muy relacionados. Me sorprendió su respuesta, ya que los médicos de la Seguridad Social, no son muy holísticos, y tratan las cosas por separado.
Ahí terminó mi problema. Y llevo cinco años estupendamente.
Desde ahí empecé a darle mucha importancia a controlar el estrés haciendo yoga, a alimentarme muy bien y a ser consciente de lo que comía.
No soy nada estricta y si un día tengo que comer en casa de alguien como absolutamente de todo. Pero ahora una vez al año hago un mes controlando todo lo que como. En realidad quizá el Ramadán se creó como un mes de depuración mental y corporal. Ya que esta dieta no sólo afecta a nivel corporal sino que también sientes más claridad mental.
¿Has tenido alguna experiencia parecida?
Recomendaciones después de esta experiencia:
-
Evita pasar por los pasillos del azúcar en los supermercados. Sus mensajes te atrapan.
-
Si pruebas el azúcar superando la cantidad máxima recomendada puedes volver a recaer. Ten cuidado.
-
No tengas alimentos en casa que no quieras comer. Así cuando te dé el ataque te acabas comiéndote un plátano o un caqui o la fruta que haya.
-
El problema es que no quieres comer un poco, es que te quieres darte el atracón y todos sabemos los problemas de los atracones. A parte de estropearnos la salud nos estropean el tipazo.
¿Has tenido alguna experiencia similar?
Compártela!
No sabes lo revelador que es tu post para mí. Llevo años sabiendo que tengo que cambiar mi alimentación, porque también tengo problemas de estómago que mi médico no soluciona.
Hice algo parecido a tu reset alimentario el año pasado (tal vez menos estricto) y me sentí genial. El problema surgió al intentar volver a la normalidad, compatibilizar la alimentación con las salidas, las fiestas veraniegas, las vacaciones… Es como si todo se pusiera en tu contra para comer bien.
La semana que viene espero iniciar otro reset porque tengo unas pruebas de intolerancias programadas. Con intolerancias o sin ellas, sé que mi alimentación es mejorable y el azúcar debería salir de mi dieta. Espero reunir la fuerza psicológica para lograrlo como lo has hecho tú.
Un abrazo.
Hola Ana!Te entiendo perfectamente. Muchas veces quieres comer bien y todo va en tu contra. Conseguir un mes al año sin eventos ni fiestas, a veces, no es sencillo. Pero, lo estaba pasando tan mal que pude sacar la fuerza de voluntad. Merece la pena.Te animo a seguir mejorando la alimentación. Y por supuesto a eliminar el azúcar. Es un proceso en el que siempre estás aprendiendo. Dietas depurativas de una semana tambien he hecho pero no me han funcionado. Ya me dirás que tal tus pruebas. Mis resultados salieron bien y no era intolerante a nada. Muy curioso. Un abrazo Ana!